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lunes, 17 de enero de 2011

Sigo viva


Sigo viva es un título fácil, desde luego que sí. Después de una ausencia considerable y desconectada de mis escritos y vuestros comentarios, hoy he sentido ganas de volver a escribir alguna cosa.
Estrenando el 2011 me encuentro, como el resto de los mortales, pero yo siento que este año va a ser un año grande, un año de plenitud y de cambios transcendentales. Un año que se presenta lleno de positivismo para mí, y con energía renovada, lo cual en la era en la que vivimos, de intento por la sostenibilidad, suena hasta gracioso aplicar este término para la energía del ser humano, la cual, de hecho también puede ser contaminante y destructiva en ocasiones.
Y ya que he hablado de contaminación me gustaría compartir con vosotros unos momentos que he vivido con mi hijo de 5 años durante el pasado fin de semana. Compramos unos DVD's de documentales de la naturaleza, imágines impactantes y el contenido de la narración también. Mientras lo veíamos juntos (los dos con los ojos como platos) necesitó que yo le aclarara partes de la película. Una parte especialmente aclarada fue la del Ártico, y la preocupación a cerca del hielo que se derrite y cómo afecta al ecosistema y en consecuencia al planeta entero. Un día después Adam le explicó a su padre, quién no había visto el documental, el problema que tenemos con el Polo Norte y el Polo Sur, y le dijo que estaba algo preocupado, y que debemos tener cuidado con el medio ambiente. Otras cortas conversaciones han tenido lugar desde entonces, poque su curiosidad es inmensa, así que ahora lo ves observando cualquier cosa para saber si eso que ve está afectando al Polo Norte (mi cielito pensó que esta mañana el secador debíamos apagarlo porque desprende aire caliente y eso derrite el hielo, así que le expliqué otras cosas).

Y yo me pregunto ¿Tan difícil es mostrar a los pequeños aquello que realmente tenemos que cuidar? ¿Tan difícil es ofrecerles la información para que conozcan?

Está en nuestra mano, los niños nos lo ponen muy fácil por lo que se refiere a sus ganas por descubrir el mundo, y sólo cuando descubrimos las cosas, cuando las vemos de verdad, entonces nos involucramos y nos preocupamos por conservarlas.

El planeta es de todos, cuidémoslo como si fuera nuestro coche, al fin y al cabo es la TIERRA la que nos pasea por el universo, y otro coche como este no encontraremos en el concesionario del espacio.

2 comentarios:

  1. Bien!!!! Me encanta que vuelvas a escribir y me ha encantado esta entrada. Los niños nos pueden enseñar tantas cosas si los observamos y los eschuchamos... y nos pueden recordar tantas que ya sabíamos pero que a menudo olvidamos...

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  2. Pero qué sorpresón me acabo de llevar, qué bien tenerte por aquí. Yo sigo en la brecha, jejeje.
    Besote

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