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domingo, 22 de febrero de 2009

Un cuento

Erase una vez una niña, la mayor de 3 hermanas. Un día, alrededor de las 8 de la noche, se quedó sola en el comedor de casa, mamá estaba preparando la cena. Aquel programa de salud llamado "Más vale prevenir" lo daban siempre a la misma hora, el mismo día cada semana. Aquella noche, sola en el comedor, vió el primer plano de un parto, salío la cabeza después de mucho esfuerzo, aunque el realizador no se recreó, por supuesto. Para la pequeña Victoria aquellas imágenes fueron suficientes para salir corriendo hacia la cocina, con un espanto bárbaro, y sobreimpresionada le dijo a su mamá que no quería tener niños. Mamá le dijo que no se preocupara, que si no quería no los tendría, pero ella se mostró muy preocupada y le respondió:
- ¿Pero mamá, que pasará si mi barriga empieza a crecer y a crecer y no para?
Su madre la tranquilizó diciendo que eso no ocurriría sin más.
Desde entonces Victoria siempre tuvo mucho miedo a tener hijos, un miedo que fue remitiendo conforme fue creciendo y madurando.
Pasados unos años, bastantes años, Victoria se hizo toda una mujer, y a pesar de haber sido una adolescente bastante rebelde acabó siendo una persona de lo más tradicional, ¿quién lo iba a decir?. Se casó y tuvo dos hijos, y aunque el miedo que empezó aquella noche cuando era niña ya no existía, otros surgieron. Los deseos de ser madre le ayudaron a superarlos, pero en voz bajita os digo que tuvo miedo en los momentos previos a los dos nacimientos, cuando iba al hospital y cuando llegó el momento de empujar, pero esa es una situación que no queda más remedio que afrontar y esta es una de esas cosas que no se hubiera arreglado aunque hubiera salido corriendo, clarísimo ¿verdad?. Este miedo previo era un miedo transitorio, porque se fue tan rápido como llegó, cuando sintió que su cuerpo cedía cada vez más y daba paso a sus pequeños.
Victoria todavía se acuerda del ruido del pescado y el olor en la cocina mientras su madre lo freía aquella noche.

1 comentario:

  1. Un cortito cuento pero muy bonito... Dónde estará ya esa niña? Jejeje, a veces tengo la impresión de que no demasiado lejos. Nunca deberíamos perder a ese niñ@ que un día fuimos; deberíamos darle su pequeño espacio cada día para que nunca se nos olvide.

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