Estamos de vuelta

Hace mucho que no escribo y es que ha sido un verano lleno de actividad con dos niños que no me han dejado parar.

Hemos estado de vacaciones, hemos vuelto, hemos ido a la piscina tanto que parecía que vivíamos allí, la humedad de aquí hace que el calor sea difícil de soportar. Nuestra novedad de este año ha sido nuestro viaje a Férez ( Albacete), pueblo natal de mi padre, toda la familia allí, lo cual dio para que él disfrutara y nos enseñara de nuevo, una vez más, su amado pueblo en el que tantos recuerdos y vida guarda.

De vuelta a Barcelona decidimos ir a visitar el parador de Alarcón en Cuenca. Alarcón es un pueblecito muy bonito y muy pintoresco, en medio de una de esas llanuras de Castilla la Mancha. Yo disfruté de lo lindo, castillo precioso, interesante, cuánta historia guarda cada una de esas piedras. Adam simplemente alucinó con el hecho de dormir en un castillo, incluso decidió que a partir de ese día tomaría leche con Nesquik fría, porque antes siempre se la tomaba calentita aunque estuviéramos a 40º de pleno verano, y todo porque en el desayuno el Cacaolat estaba frío y eso era lo que había. Le dije que era Nesquik de castillo y desde ese momento... pues eso que ahora se toma muchos Nesquiks de castillo.
He disfrutado mucho de las vacaciones en familia y de haber llevado a mis niños a cuestas de aquí para allá, de la piscina a la playa, al parque, a ver a los yayos al camping, visitas a las tías y paseos en bicicleta... pero confieso que necesito vacaciones... ¡Dios mío! ¿pero si eso es lo que se supone que se hace en verano?

¡¡¡Bendito sea el parador de Alarcón por haber conseguido ahorrarme calentar un vaso de leche cada mañana de verano!!!