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lunes, 20 de abril de 2009

A mi yaya

Pienso muchas veces en mi yaya, mi abuela, aunque nosotras nunca la llamamos así, siempre fue "la yaya". Hace ya 10 años que murió, parece mentira, pero aveces siento que está más cerca de lo que el tiempo nos dice, 10 años. Más cerca que en los primeros años posteriores a su fallecimiento. La echo de menos, echo de menos su temperamento andaluz, echo de menos su risa contagiosa y su manera de prepararnos pan frito con azúcar. Echo de menos sentarme con ella a la mesa camilla, con el brasero encendido mientras nos tapábamos las piernas con el tapete en las tardes de invierno, y echo de menos el día de Navidad con ella como anfitriona de la familia.
He madurado tanto en 10 años que mi yaya no me conoció siendo una mujer como lo soy ahora. Le explicaría muchas cosas, hablaría más con ella ahora que cuando la tenía, ¡qué paradoja!
Hace unas semanas, mientras charlaba con mi madre y le afirmaba que quiero ser comadrona me dijo algo que yo no sabía:

-Pues la yaya quería ser comadrona, ella siempre dijo que lo que a ella le gustaba era traer niños al mundo, sí, sí, siempre lo dijo. Ya sabes, antes en los pueblos las mujeres acompañaban a las parturientas sin tener formación previa, sólo tenían su propia experiencia.

Me quedé patidifusa al oír esas palabras. Para mí fue otra señal definitiva y un vínculo que de repente se creó, como un camino que se dibuja desde aquí hasta donde quiera que ella esté.
Compartiríamos tantas cosas, y supongo que ella podría vivir a través de mí todo lo que no hizo por circunstancias de la vida, ¿no?

Este es mi regalo yaya, va por ti.

4 comentarios:

  1. Buf, casi me haces llorar, tonta!
    Yo también me acuerdo mucho de todas esas cosas que has mencionado, también del pan frito con azúcar!!! jajaja! y del brasero, y de su risa contagiosa, claro.

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  2. Muy emotivo, me ha emocionado, ternura y realismo. Anímate y aprovecha el descubrimiento que has hecho, es un empujón para hacer eso que te llena, serás una matrona increible.
    Cariñitos.

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  3. Begoña, no sé si seré una matrona incríble, pero lo haré lo mejor que sepa y pueda, desde luego, mi principal objetivo será el bienestar de madre e hijo respetando sus deseos y maneras de parir y nacer, quiero cambiar algo. Va a ser un camino largo y difícil, soy consciente. Me emociono cada vez que leo este texto.

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  4. Pues a mí ....no casi...¡¡me ha hecho llorar!! Estoy de un tonto ...Pero así es la vida , las personas que amamos y han formado parte tan íntima de nuestra vida ¡nunca las olvidamos! muy al contrario ...Conforme va pasando el tiempo, el recuerdo se agranda al mismo ritmo de él...
    Tengo un poema que le escribí , hace ya algún tiempo...y aquí lo dejo....

    A MI MADRE...

    Tu memoria me envuelve
    cada hora , cada minuto...siempre.
    Te recuerdo alegre y vigorosa,
    sufrida y quejosa a un tiempo...
    por tu mal.

    Pero no quiero recordar
    los últimos tiempos
    cuando ya no eras...tú,
    cuando el sufrir era lo Único
    que habitaba en tus días...
    cuando no podías más ,
    y llorabas....

    Mi niña , mi reina ..mi madre
    mi estandarte , mi guía , mi modelo.
    Modelo de amor
    modelo de generosidad
    modelo de lucha durante toda tu vida...

    Eras luz que alumbraba,
    donde quiera que estabas,
    energía contagiada en todo momento .

    Pasa el tiempo ...
    y tu recuerdo es tan vivo ,
    como el día en que te fuiste ...
    aquel 1 de noviembre,
    Día de Todos Los Santos...

    Quiso Dios escoger ese día ,
    para llevarte con Él.......................

    Montse.

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