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miércoles, 1 de abril de 2009

Observadora

Desde que he madurado más como madre y he descubierto mi vocación por cuidar de las mujeres en su viaje por la maternidad, desde la concepción hasta el nacimiento y posttodoloquevenga, soy más observadora y hablo menos. Observo a las futuras y a las recién estrenadas madres y las escucho, y me identifico con ellas pues yo vivo mi maternidad como todas viven la suya, con toda una lista de experiencias más y menos fáciles que nos hace a todas estar entrelazadas por lo común de la vivencia. A veces no hace falta hablar mucho para ayudar, es suficiente con escuchar y finalmente compartir alguna de tus propias preocupaciones para que tu interlocutora se sienta acompañada y también satisfecha por oír que a ti también "te pasa". Me he dado cuenta de que no nos sirven que nos digan como se hacen las cosas y ni si lo hacemos bien o mal, porque en realidad ni las cosas se hacen de una forma determinada ni se hacen bien o mal. Cada madre encontramos nuestro camino y valoramos la guía muchísimo. No somos iguales y nuestros hijos tampoco, así que la combinatoria (como bien intentaron mis profesores hacerme entender pero no hubo manera de que lo pillara) es infinita, fórmulas podemos inventar todas las que queramos y obtendremos nuestros propios resultados, aunque el experimentar sin saber si la bomba explotará también está garantizado.

Hoy jugamos, a mi parecer, con una gran ventaja, y es que nos convertimos en madres siendo más mayores y por tanto más maduras, aunque siempre haya excepciones.

3 comentarios:

  1. Anda que si te leyera tu profe de mates... seguro que se alegraría, de una manera u otra, al final has entendido su lección, no? jeje.
    ¿Sabes? Igual que dijo tu otra hermana, yo también me alegraré de que estés cuando me toque.. y más con mi carácter, jaja, con lo poco que me gusta que me digan lo que tengo que hacer.
    Tu fórmula es la que mejor se me presenta y estoy segura de que tendré un gran apoyo en tí y podrás ayudarme muchísimo en lo que sepas.

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  2. Lo fundamental es estar atento y seguir el instinto, pero sobre todo ser conscientes de que el bebé es una persona y desde el minuto cero está siendo educada. Saber escuchar hasta el silencio. Me parece una labor admirable la que estás realizando, se necesita una gran generosidad, enhorabuena Vicky.

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